La podología infantil y pediátrica trata de realizar un control periódico para evaluar y prevenir futuras alteraciones que puedan provocar patología.
Los problemas más comunes en estas edades son: pies planos valgos, pies pronados, supinados, laxos, marcha en ABD o ADD, marcha en equino, papilomas, uñas encarnadas, genu flexo o recurvatum, enfermedad de Sever, Osgood Schlatter, Köhler I…
Es muy importante llevar a cabo un diagnóstico y tratamiento precoz, ya que se puede corregir estas alteraciones en edad de crecimiento y así evitar muchas patologías en edad adulta.
Siendo fundamental para el crecimiento y desarrollo del niño un seguimiento de la deambulación, práctica deportiva, calzado y cuidados de sus pies, acudiendo a un profesional.